jueves, 27 de marzo de 2008

CARTA AL DIRECTOR

Estimada señora Directora: Santiago, Noviembre 13 del 2004

Me permito enviar una sugerencia con intención de perpetuar la sana vida de todos los lectores de su revista, intentando convencerla de erradicar de sus páginas las terroríficas publicaciones sobre las campañas médicas, a las que no les basta lucrar con el bolsillo y la mente de los lectores.
Para graficarlo mejor, le presentaré a una señora de cincuenta años que está leyendo una revista social, fascinada con tanto pelambre, fotos, chismes, carteras, lencería, tarot, enredos amorosos, cuando da vuelta la página y se encuentra que el Colegio Médico está celebrando el mes del corazón, para lo cual recomienda consultar al especialista; realizarse el último test de LMH mundialmente de moda y llegado al país. Como si eso no basta, debe controlar la presión arterial, consultando a su especialista, porque... ¿ porqué? Ud. necesita saber porque de lo contrario podría ocurrirle lo que por dejación le sucede al 14% de chilenos mayores de 40 años y al 9% de chilenas mayores de 45% años que nos miran desde el camposanto, sin contar los que nos observan desde allí mismo por paro cardiaco, cáncer de mamas, al útero, a la próstata.

Si Ud. señor tiene un by pass, si Ud. chileno mayor de 50 años siente arritmias, solicite hora con su especialista, antes que sea demasiado tarde. En el más allá viven numeroso chilenos muy dejados, que no quisieron escuchar estos consejos, cuyos hijos disfrutan el bienestar de la indolencia.
Obviamente que la señora, leyó hasta la última línea de publicidad, marketeo, o propa- ganda, que le ha lavado el cerebro hasta la misma silla turca, quedando absolutamente impactada al verse de luto, sin trabajo, pobre y pega el grito: ¡Armando! ¡Armando! ¡Te ruego que vayas al cardiólogo! ¡Mira lo que dice esta página respecto a las personas que son colorados como tú, que en fines de semana toman 3 wiskys como lo haces tú, que no trabajan, que caminan poco, que son flatulentos como tú! ¡Voy a hablar con tu hija! ¡No puede ser que seas tan irresponsable con todas nosotras!
Esa mujer no para de molestar al marido hasta que lo tiene instalado frente al circuns- pecto "sabelotodo", siempre que le traigan dos exámenes de éstos, cuatro de esos, seis de aquellos, previo pago de otra consulta para ir a mostrarle 9 exámenes, 3 perfi- les, sangre, orina, 4 radiografías de cucharita y Armando se va a su casa con tres recetas para medicamentos; unos en la noche, otros a medio día y otros debajo de la lengua. Acompaña la recomendación de "venga a verme pronto". El pobre colorado no resiste tanta preocupación de estar todo el día mirando el reloj, pastilla adentro, agua--reloj, pastilla, agua--reloj, pastilla, agua..... Armando no alcanzó a resistir un año con su dieta, exámenes y más exámenes solicitados por los especialistas, porque lo enfermaron de verdad hasta que falleció de "sindrome de visita al médico" , síndrome de exámenes múltiples" y “síndrome del bolsillo vacío”.
En el acta de fallecimiento el facultativo que no quiso delatarse; le colocó hipertensión arterial, no más.

Esperando les queden algunos lectores con vida antes del lustro si siguen publicando avisos como los éstos, les desea mucha suerte con los que, al menos están sanitos.

WIRIYO

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