jueves, 27 de marzo de 2008

LA BODA

María José estaba muy nerviosa con los preparativos de su boda. El traje de novia, contratar al coro, acompañar a su madre a la modista, ubicar el local de flores que adornarían la iglesia.
Además ya estaban comenzando a llegar los primeros regalos a su casa que eran disfrutados sin límite con su novio. Eran momentos de felicidad, de alegrías, nervios y desvelos.
Sus preocupaciones iban y venían en medio de ese verano tórrido, donde no soplaba una brisna de aire fresco. Su casa era un deambular de amigas y parientes, porque cada cual quería saber como eran los obsequios recibidos, los preparativos en aquel club privado, cual sería el coro, color de flores, largo de su vestido.

Se fue Febrero raudo como nunca y comenzó la recta final que la transformaría en señora al cabo de tres semanas.
Su novio también se mostraba tenso, inquieto y contento de acabar con aquella tediosa espera tan llena de detalles que debía solucionar entre su trabajo y los momentos que dedicaba a su pareja. El también debía preocuparse que sus padres y hermanos tuvieran una presentación meritoria el día de su boda. Ambas familias se habían reunido un par de veces para conocerse, enterarse de las ideas y pensamientos de sus consuegros respecto a las formalidades y financiamiento de aquel evento, donde estarían invitados todos los parientes, amigos y compañeros de trabajo de los contrayentes. Ambas familias estaban complacidas de confirmar que la otra era equivalente.
Las tres semanas de Marzo también pasaron y llegó el día tan ansiado.
Los novios aquella jornada no se vieron, ni conversaron por teléfono, como es la tradición.
13 horas:
El nerviosismo reinante hizo que todos anduvieran alterados, especialmente María José, pero también su madre y hermanas.
Todas almorzaron temprano partiendo a la peluquería para que las embellecieran hasta el límite de lo que una hada madrina podría lograr.
20,20 horas:
Llegó un auto elegante, color oscuro, con el novio y sus padres, que se apostaron en la entrada de la iglesia a la espera de recibir a los primeros invitados.
Minutos más tarde fue la madre de la novia que bajó sola de otro automóvil, para ir a integrar el grupo de la puerta. Todos vestían elegantes atuendos y andaban con excelente humor como para sonreír a todos los que comenzaron a entrar.
21.00 horas:
Los asistentes conversaban a viva voz dentro de aquel templo y se hacían preguntas acerca de la demora.
Mientras tanto el novio, sus padres y su suegra, ahora un tanto aburridos y cansados por tener que mantenerse de pié, saludaban y hacían falsas sonrisas para aquellos atrasados.
21,30 horas:
Algunos invitados muy cercanos comenzaron a ir a preguntar a la puerta si los padrinos sabrían la explicación de tanta demora, porque una hora completa ...
22.00 horas:
Los primeros invitados comenzaron a retirarse de la iglesia permaneciendo los parientes y amigos más cercanos que en pequeños grupos, se dedicaron a comentar que la novia estaba insegura, que se había arrepentido a última hora, y que por lo menos su padre debería haber avisado. Transcurría la hora y más gente abandonaba aquella iglesia, molesta por esa broma de mal gusto. 22,30 horas: se acercó el párroco para solicitarles abandonaran la iglesia.
Un grupo de 50 personas conocidas y emparentadas con el novio decidieron llevarlo al club preparado con anticipación y acompañarlo a pasar sus penas con unos tragos.
Todos fueron atendidos por el personal dispuesto para esa ocasión y entre risas y llantos, comieron, bebieron y cantaron para animar al novio.
24.00 horas:
Esa misma noche, el novio algo embriagado y deprimido por lo sucedido llamó entre llantos e indignación a su novia para preguntar las razones de cancelar la boda sin aviso previo, pero ella se limitó a darle disculpas y disculpas. Al final le solicitó que fuera en el acto a su casa para conversar, porque era su obligación hablar del tema.

_ Dos meses antes me sentí insegura, muy insegura de casarme.
_ ¡No estabas enamorada! ¿Por qué no me lo dijiste, estúpida?
_ Yo siempre te querré. Yo nunca te olvidaré. Yo te quiero mucho, pero no pude.
_ ¿Porqué no me lo dijiste antes? ¿Por qué tuviste que esperar en silencio que llegaran todos los regalos, los invitados y no avisaste? Nos fallaste a mi, a mi familia, a la tuya, a todos.
_¿Tienes algún romance con alguien? ¡Confiesa chueca! ¡ Confiesa tus juegos ocultos!
_No, no tengo ningún romance. ¿De donde sacaste tal ocurrencia?
_ De haber esperado 3 horas en la puerta de la iglesia. No le encuentro sentido a tu historia.
_Tienes que haber alguien. Tienes a alguien y nunca quisiste contarme. Debí imaginármelo.
_Si, si estoy enamorada de otra persona. Te ruego me disculpes, no quise herirte.
_ Mira, loca imbécil, tengo todo el derecho a saber con quien te has metido.
_ No, no puedo contártelo. Por favor no me presiones, déjame tranquila.
_ Me frustraste la vida y esa marca la llevaré siempre. Al menos, acéptame el derecho a saber el nombre de mi reemplazante.
_ Necesito el nombre..., el nombre María José ¿escuchaste tonta? ¡Te estoy hablando!
_ Bueno, para que tú sepas su nombre es Javiera Rodríguez. No te espantes ahora.
_ Así es que tú eres una lesbiana hombre y te ibas a casar conmigo para fregarme la vida a mis espaldas, incluso con hijos.
_Oye, nunca te había visto tan alterado; pero jamás quise frustrar tu vida, por eso me arrepentí en el último minuto. Si no supe sincerarme antes fue porque estaba aterrada.
_¿Tus padres saben que eres lesbiana?
_ Tuve que contarles todo, pero no les agradó. Tampoco que cancelara la boda así.
1.30 horas:
De pronto ingresó el padre de la novia a defenderla del mal trato que era objeto.
_ Ud. joven, tenga la amabilidad de retirarse. No lo quiero nuevamente en esta casa.
¡ Que se ha imaginado venir a tratar a mi hija de esa forma! ¡Fuera!
--¡Don Juan, Ud. parece que olvidó que hoy se casaba su hija conmigo!
_¡Le dije que se retirara! ¡Ud. no tiene derecho a levantarme la voz en mi casa!
_¿Ud. me va a callar y me va a echar de esta casa? ¡Inténtelo! ¡Cómo lo va hacer?
_Que te has imaginado mocoso de mierda? María José, Ud. vaya a su dormitorio

La novia se puso a llorar, intentando frenar esta pugna entre su padre enfurecido y
el abandonado novio. Semi ebrio, se sintió envalentonado como para acercarse
al viejo, que con fuerza le propinó un puñetazo en pleno rostro. De allí para adelante
ambos hombres se trenzaron en una lucha a muerte. El padre tomó el atizador de la chimenea descargándoselo con furia en la cabeza. El novio se desplomó en medio de la consternación de ambos. ¿Está muerto? No. Noooo... No puede ser... ¿Qué he hecho?

WIRIYO
9.1.2007

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